¿Que te apetece leer?

19 may 2010

Introducción

-Adiós cariño. Pórtate bien ¿eh? No hagas enfadar al señor Peláez.-dijo Diego dando un cariñoso beso a Sara.
-Tranquilo chico, si se porta mal la traigo de vuelva a casa y se queda sin playita.
-¡Papa!- dijo Sonia entre risas.
-Venga, iros ya que se hace tarde. Ya nos veremos la semana que viene.-dijo Iván triste porque Sonia se iba.
-Venga chicos, os prometo que las cuido bien.-dijo el padre se Sonia.
Así, se cerraron las puertas de atrás, he Iván y Diego se quedaron contemplando como el coche les decía adiós con las manos de cuatro chicas guapísimas. Amanda, Sonia, Mery y Sara emprendían un nuevo viaje, hacia Peñiscola, donde se encontraba el chalet del padre de Sonia. Iban a ser unas vacaciones geniales: playita, chicos, discotecas, y lo más esencial, la unión de unas mejores amigas. Iba a ser perfecto.
El viaje duraba unas cuatro horas y media. Iba a ser largo y por eso se llevaron revistas y CD de música para escucharla durante el viaje. El padre de Sonia molaba. Era el típico padre perfecto con el que todas las chicas adolescentes sueñan alguna vez, puesto que a pesar de estar separado, era un padre guay y comprensivo, y muy liberal. Dejaba a Sonia hacer casi todo lo que deseaba. Por eso, Sonia no obtuvo negación de su padre para poner la música a tope en el coche. Los altavoces parecían que iban a estallar, y las chicas, por si no fuera suficiente, chillaban como locas las letras de sus canciones favoritas. Las primeras cinco canciones fueron aguantables, pero a la sexta, el padre se Sonia empezó a sentir dolores de cabeza y pinchazos en los tímpanos. Anoche vino de trabajar muy tarde, y era cierto que la música le mantenía despierto en la carretera, pero hasta cierto punto. Al padre de Sonia cada vez le costaba más concentrarse, se le empezó a secar los ojos y estaba continuamente pestañeando. Sara se dio cuenta y se lo comentó a Sonia:
-Tu padre parece un poco cansado. Creo que le molesta la música.
-No tranquila. Sabes como es mi padre.
-Creo que Sara tiene razón-dijo Mery.
-De acuerdo... Le diré que la quite. ¡Papá!
El señor Peláez se giró para atender a su hija, en un descuido tan grande que la carretera se le quedó fuera de la percepción de sus ojos. Sara vio como en cuestión de segundos se les echaba encima una curva. Supo lo que iba a pasar instantes después. Por la mente de Sara cruzaron imágenes, de toda su vida. Su nacimiento, su bautizo, su primera comunión, su primer novio, Diego... y las chicas. Y sólo por eso supo que iba a morir.
-¡Papa! ¡Cuidado!- chilló Sonia.
Pero fue demasiado tarde. El instinto de Sara no falló en ningún momento. La película que pasaba por su mente de su vida de apagó de pronto y volvió a la realidad para chocar su cabeza contra la ventana por el giro rápido que hizo el padre de Sonia. Todas chillaron a la vez, el giro fue tan busco que el coche volcó.

1 comentario:

  1. me leeria la historia mil y una vez :P pero no tengo tiempo :( love ivan, pasate por mi blog y echale un ojo a los personajes :P

    ResponderEliminar